viernes, 8 de mayo de 2009

"Cuando me divorcié de Dios"

Hoy me siento inspirada por la vida. Mientras me fumo un cigarro, light por ser de los que consume mi hermana y me ha dejado compasivamente en su última visita, trato de decidir qué voy a hacer con mi vida, trato de entender las circunstancias que me han llevado hasta donde me encuentro pero sobre todo, deseo saber cómo alguien justo, correcto, compasivo, se encuentra sufriendo por las circunstancias de su vida. Recapitulando, tengo 27 años vivo con un amigo que por el momento paga la renta porque me he acabado ya el dinero guardado, acabo de terminar la relación pasional hasta ahora mas importante en mi vida, de la cual la mayor recompensa obtenida fue un ojo negruzcoverdemoradohinchado, no tengo empleo pues por un movimiento adverso de la vida, pasé de ser la futura promesa de mando medio administrativo de un importante seudo laboratorio mexicano a una desempleada al borde del suicidio que se ha quedado esperando no solo la estadía definitiva en el edén del paraíso corporativo, sino el pago concerniente a mi último periodo. Si, tal parece que mi futuro, hasta ahora incierto, apunta hacia la inminente colisión de la desgracia de sobrevivir como miles de latinoamericanos, por obra divina, llevándome no solo a perder lo último que me quedaba de dignidad al pedir ayuda a mis padres, sino el respeto por todo en lo que he creído y en quien he confiado. Fuerzas divinas?, Seres superiores? Karma positivo? Si durante mi vida me he conducido por “el camino del bien” por seguir las leyes karmático divinas propias de la idiosincrasia mexicana arraigada en el seno de las familias católicas que profesan con gran fervor el temor disfrazado de respeto por un ser superior que en el borde de su aburrimiento permanente, juega al titiritero con sus creaciones de carne semejantes a él, cambiando sus circunstancias para regocijarse ante las reacciones de decepción e ira de sus payasos personales y que triste y resignadamente para conformarnos y reconfortarnos nos atrevemos a llamar adversidades u obstáculos en la vida, y para justificar su cruel e inexplicable insanidad sadista nos atrevemos a recitar de memoria como a la cita de un gran pensador: “Dios actúa de maneras misteriosas”. Dios???? Actúa????, hablamos del mismo dios que permite que la distribución de la riqueza se haga de manera tan desequilibrada que les permite a algunos llenarse de tanto dinero que los hijos de los hijos de sus hijos serían incapaces de terminarla aún cuando la única misión en su vida sea sólo derrocharla?, hablamos del mismo dios que bajo el estandarte del libre albedrío provee de tal frialdad y egoísmo a algunos “humanos” que sin el menor remordimiento, compasión o sentido de la justicia cambian vidas por dinero, poder, piedritas, hierbas, sexo, ambición, tierras o simple diversión?? Es todo eso más valioso que la vida misma?? O es acaso la vida humana es realmente tan insignificante que no amerita preservarla, finalmente todos hemos de culminar ese ciclo, y durante nuestro paso por este puente al que llamamos vida, conciente e inconcientemente matamos a otros seres para satisfacer nuestras deseos carnales, no solo el hambre, pues consideramos más valiosa nuestra existencia que la de una vaca, un pollo o un cerdo que son sacrificados diariamente para que podamos alimentarnos de ellos y cubrirnos con ellos, pero por ser nosotros los “pensantes” por establecer relaciones de convivencia con otros de nuestra especie, por crear avances tecnológicos que a veces son más retrocesos que adelantos, por asociar sentimientos de afección por otros y por nuestros bienes, por ser capaces de “razonar” y establecer un estado que regula de acuerdo a un criterio establecido la conducta y la justicia que nos rige, podemos justificar la muerte de seres irracionales que no tienen la inteligencia suficiente como para erguirse en dos patas, aún cuando ello no les beneficiase en algo, por todo ello es más valiosa nuestra vida cierto??? Porque hemos sido nosotros los que decidimos que nuestra presencia en la tierra es más valiosa. Por cierto, alguien le preguntó a la tierra???

Que mas da como hemos de morir, pues ya que es inminente, ¿Sería mas o menos valioso si alguien obtuviera algún provecho con nuestro deceso? Sin importar si fuera un violador o un mafioso o algún poderoso que lucró con nuestra partida, pero quizá nuestro ego humano inherente a nuestra naturaleza no nos deja descansar sin saber que nuestra muerte tuvo algún significado, y eso si está justificado.

Acaso no somos las célula maligna que enfermo al planeta?, no somos el cáncer que la deteriora? Somos el parásito que se alojó en ella como huésped y que se alimenta insaciablemente aún a costa de nuestra autodestrucción, porque no es naturaleza del parásito detenerse a pensar que si el huesped muere, se elimina también su presencia. Y todo ello permitido por un ser todo poderoso que en el último acto de amor sacrificó a su propia sangre para salvarnos y redimirnos de nuestros pecados, siendo que nos creó a su imagen y semejanza. Pues bajo esa luz he de creer que hay fallas en algún lado, alguien se ha equivocado y nos hemos creído la historia, la hemos escuchado tantas veces y la replicaremos al futuro aún más, sin detenernos a cuestionar quién ha sido el desgraciado que ha mentido en todo esto, quien es el hijo de puta que nos ha envenenado con esas historias, que nos ha robado la capacidad de pensar o cuestionarnos lo ya cuestionado o lo incuestionable.

Si ha sido dios el del error, entonces no es falta nuestra, pues hemos sido hechos a su imagen cierto? Entonces somos su imperfección, su trabajo mal hecho, su tropezón y estamos disculpados por anticipado por todos los crímenes que podamos cometer, pues en su nombre y en el de su hijo hemos quedado libres de culpa y ¡¡¡¡¡A pecar se ha dicho!!!! Pero como la experiencia me ha demostrado que quien la sigue cagando una y otra vez sin aprender de sus errores somos nosotros mismos, como individuos, como raza, como humanos, es más fácil entonces comprender que nos hemos inventado un cuento sobre alguien a quien en realidad no conocemos, o alguien lo ha visto???? De una forma más tangible y menos abstracta relacionada a milagros o eufemismos relacionados a su presencia en la sonrisa de un niño o el amanecer de cada día? Hablo de la prueba tangible de existencia, de la irrefutable evidencia física de su apariencia. Ningún vivo lo conoce y estoy segura que menos aún sus figuras representativas designadas por ellos mismos como sus mensajeros y más allegados colaboradores. No concibo a un dios en los cielos, asesorado por un gabinete de expertos ancianos piadosos que durante siglos han llevado la vida más opuesta que la de su hijo Jesús, envueltos en finos ropajes y disfrutando de los bienes menos austeros, profesando una doble moral y justificando una mafia religiosa en su nombre.

Entonces quién creó a quién, si nosotros le hemos dado vida y explicación a un suceso natural y evolutivo, le adjudicamos poder absoluto, entendimiento divino y omnipresencia para ejercer una coerción más profunda que la legal y más emotiva que la racional, cómo hemos de reaccionar ante tal estafa, la mayor farsa de todos los tiempos, una falacia que no solo aceptamos, sino que realmente la vivimos y creemos.

Pero si no existiera ese dios cuyo poder es tan fuerte como para dar esperanza ante las causas sin solución o los sucesos imposibles, en dónde quedaría la fe del hombre??? Cómo viviríamos sin saber que hay alguien que nos protege o nos cuida, a qué nos aferraríamos cuando todo pareciera perdido, a quién nos acercaríamos para suplicar un vuelco en el destino?, probablemente tomaríamos una piedra y le otorgaríamos con el paso del tiempo los mismos poderes que hemos concedido al todo poderoso, creeríamos en sus milagros producto de las circunstancias y le brindaríamos oraciones que solo pueden crear corazones fervientes y creyentes reales.

Cómo sería una sociedad sin la presencia de alguien superior a nosotros capaz de controlar nuestras vidas y compensarnos con un edén eterno como pago al sufrimiento e injusticias vividas durante nuestra existencia?

Es por ello que hoy tomo la resolución de dejar de creer en dios, en ese dios impuesto por la iglesia y los aficionados a las actividades matutinas dominicales, a los soberbios que creen serán recompensados por sus alabanzas y expiados de sus atropellos no por su arrepentimiento, sino por su devoción y falsa humildad inclinándose ante alguien que ellos creen los amará sin importar el daño que hayan generado. Dejo de creer en ese dios ególatra que te impone decir su nombre y el de sus acompañantes cien veces hasta que lo tomes como única verdad, en ese dios castigador que te llevará al cielo si conduces tu vida correctamente y con temor a él, pero que sin el menor reflejo de compasión te arrojará al infierno por la eternidad si le has desobedecido; en un ser perfecto que es incapaz de explicar las imperfecciones de sus creaciones..

Pero a pesar de ello, reconozco ser incapaz espiritualmente de esconder o destruir mi creencia en alguien, pues el hombre que pierde la fe, pierde la esperanza y el que pierde la esperanza lo ha perdido todo. Creeré en un dios, que si bien nos ha creado semejantes a él, es imperfecto en su concepción misma, tal como lo somos nosotros, imperfectos por naturaleza, y se que puedo vivir con un dios imperfecto, porque ello lo hace mas humano y por lo tanto mas cercano a mi, porque se que no está exento de cometer errores, porque se que no le importa cuantas veces diga su nombre, siempre que lo lleve conmigo, porque a mi dios le importan mas las acciones de justicia y bondad que realice sin importar que lo proclame en su nombre, y porque no tiene el control absoluto sobre mi y como no desea ser culpable de lo que me suceda, me ha otorgado un juicio y será mi responsabilidad llevar mi vida, creo que desea que deje de culparlo por lo malo o bueno que me acontezca, son mi criterio y mis acciones los causantes de mis triunfos y fracasos y si me encuentro en un tropiezo, no son las adversidades que me impone para hacerme mas fuerte, son las consecuencias de mis actos y de las de otros con el mismo poder y derecho que el mío para conducir su vida. Por fin puedo dejar de preguntar a dios tantas cuestiones y conformarme con el silencio como respuesta, dejar de culparlo por las injusticias de la vida y atormentarme por mi futuro terrenal y el de mi esencia pues me hago responsable de todo.

Si yo soy semejante a él, entonces debo ser mi dios...